Notas
Dignidad, derechos y empleo

Cuando el trabajo se vuelve un lugar hostil

Qué es y cómo se ejerce la violencia en el ámbito laboral. La representación y trabajo del CECO ante un accionar que se invisibiliza y adquiere múltiples mecanismos.

 

Se denomina violencia laboral a toda acción u omisión que manifiesta abuso de poder ejercida en el ámbito laboral por el empleador, personal jerárquico o un tercero vinculado a él. Las mismas se realizan mediante amenazas, intimidación, maltrato, persecución, insultos, bromas, discriminación, desvalorización de la tarea realizada, entre otras. Se suele manifestar, además, en conductas como el maltrato psíquico-social, maltrato físico o acoso sexual. Las consecuencias son diversas y sobresalen el miedo, la inseguridad, la tensión o diversos malestares. Pero una de sus características distintivas es el silencio por parte de quienes lo padecen. “Son conductas en las que hay persecución hacia el trabajador y que influyen, de a poco, a que la persona quiera renunciar”, explica Viviana Gómez, Secretaria de Acción Social y de la Mujer del Centro de Empleados de Comercio de Olavarría (CECO).

vl2“Hemos determinado, a grandes rasgos, que por lo general son mujeres las que más sufren este tipo de violencia”, afirma Gómez. /Foto: Agencia Comunica

Dentro de sus disposiciones generales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define a la violencia como “toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de lo razonable mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma”. El accionar dentro de los ámbitos laborales ha crecido tanto en los planos de producción, donde ésta se intensifica con el objeto de obtener una mayor compensación económica por parte del empleador; como en las actividades laborales, donde el trabajador sufre el deterioro psíquico-físico a costa de cumplimentar la tarea asignada. “Las características en las que hoy se desenvuelve una relación de trabajo incluyen todo tipo de presiones, lo que genera un incremento notable en las enfermedades vinculadas con trastornos de ansiedad, angustia, pánico y depresión”, detalla Matías Chiozza, abogado y asesor legal del CECO. Al momento de realizar las denuncias, las personas que sufren este tipo de problemáticas encuentran además una serie de dificultades debido a que las normativas vigentes en Argentina, como por ejemplo la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), no se encuadran dentro del contexto social actual. “En el plano indemnizatorio, la LCT no establece y determina un resarcimiento tarifado en relación a esta problemática. Todo se circunscribe en interpretar la ley y darle algún tipo de contención a través de las normas que existen y que están pensadas para otra cosa”, asevera Chiozza. Además, sostiene que “los problemas que la violencia genera se deberían canalizar a través de la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT). Sin embargo no conozco que ninguna ART haya considerado como una enfermedad profesional a un trastorno psiquiátrico o psicológico”.

El CECO frente a la violencia laboral

Olavarría cuenta con más de 9000 empleados de comercio. Desde mayo de 2015 han sido 20 las denuncias realizadas por violencia laboral ante el Ministerio de Trabajo local, un número considerado elevado por la institución. “La cantidad de gente que no denuncia es aún mayor. Por ahí ocurre que no soportan trabajar más y quieren renunciar pero sin denunciar el caso de violencia”, puntualiza Gómez. Un hecho particular es la situación que afronta un empleado en un local céntrico de la ciudad. Ante las dificultades del asunto, sumado a la resistencia por parte de la persona a reconocer que vive una situación de violencia laboral, aún no se llegó a una solución concreta. “Nosotros hemos realizado denuncias ante el Ministerio, han ido los inspectores y en papeles está todo bien (…) lo hemos citado a través del Ministerio para realizarle controles de salud correspondientes pero la persona no accede”, asegura Gómez. Este caso, como otros en los que se encuentra trabajando el CECO, conforma una búsqueda de posibles soluciones para abordar esta problemática desde una perspectiva interdisciplinar. En mayo de 2015 la institución creó un equipo conformado por una psicóloga, un médico y un abogado. “Este grupo cuenta con la finalidad de poder contener y asistir legal y psicológicamente a las víctimas de violencia laboral. Pero además buscamos la prevención de estos casos ya que está muy naturalizado. Un objetivo es realizar estadísticas ya que actualmente no tenemos”, resalta Gómez. Por su parte, Chiozza es crítico de la situación actual en cuanto a la participación del Estado. Considera que este tema debería estar institucionalizado y que dentro de las entidades administrativas como el Ministerio de Trabajo de la Nación o los Ministerios de Trabajo Provinciales debería existir un equipo interdisciplinario que aborde estos casos desde una óptica educativa y  preventiva.

vl3“Vemos trabajadores que no pueden reinsertase nuevamente en el mercado laboral por las consecuencias  que se presentan ante determinados casos”, puntualiza Chiozza. /Foto: Agencia Comunica

En tiempos donde las políticas adoptaron una perspectiva de derechos tanto en lo civil como en lo laboral, existen aún situaciones de violencia que se invisibilizan o se silencian desde las partes implicadas. Para ello es primordial la participación activa de los sectores sociales, políticos e institucionales para lograr su prevención. Esto garantizará la contención de aquellas personas que la padecen además de luchar por una futura reinserción laboral./ AC-FACSO