Notas
Nota de opinión

Territorio de vecinos

 

Por Andrea Rivero, licenciada en Comunicación Social (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires), docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría.

 

La nueva forma de redefinir la intervención estatal en Olavarría a través de las mesas de gestión territorial ha ocasionado, en ciertos referentes barriales de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), su desconfianza por el modelo; y en otros sectores que no integran las OSC, la falta de respuestas a sus demandas y a los requerimientos de participación ciudadana. Los dirigentes entrevistados no ponen en duda su misión pero registran las debilidades que este escenario les ocasiona. Aceptan las discrepancias, su rol social y las representatividades. Toman de la gestión pública los programas sociales que le solucionan algunos problemas en el barrio, construyen acuerdos y consensos, pero afirman que la disputa política por el sentido del desarrollo de su lugar la tienen que seguir liderando ellos.

Actualmente, en los barrios, la representatividad social no está anclada únicamente a las OSC o el Estado. Los vecinos, como sujetos de derecho, apelan a la intervención social cuando no se sienten representados y construyen sus propias “representaciones”. Un ejemplo de ello son las agentes sociales (conocidas también por “manzaneras”). Mujeres que se reconocen en esa función porque, aunque no cumplan con el rol por el cual fueron nombradas en la década del 90, siguen siendo reconocidas por el sector vecinal como referentes sociales. Fueron y son una nueva forma de hacer política. En Olavarría hay más de 200 mujeres que aún se reconocen en este rol y en algunos casos llevan adelante emprendimientos autogestionados (comedores barriales). Ellas tienen nombre y apellido pero se presentan como “un sujeto colectivo”. Han pasado más de 20 años de este modelo de representación que nació de un Estado “innovador”, en términos de intervenir en el territorio, y aún está latente.

Otro sector que también se constituye en el espacio de representación social es el de los autoconvocados. Estos grupos pueden ser transitorios o permanentes y en más de una ocasión han dado origen a entidades que llegan a tener influencias sobre el resto de la sociedad. Hay quienes opinan que esta forma de participación es transitoria y cuando el tema por el que reclaman se resuelve, todo queda en la historia. En cambio, otros consideran que sus proyecciones sobrepasan la mera coyuntura y que esta forma de participación llegó para quedarse. El contexto es más amplio que estas dos posturas.

Los autoconvocados en los territorios de Olavarría muestran que la democracia, en la base social, arraiga muchas maneras de encontrar nuevas vías de avance. Son movimientos sociales sobre todo en lo que respecta a la importancia de la lucha hegemónica cuya participación comienza a gestarse como una simbiosis de identidad, conocimiento y método. “Agentes sociales”, “autoconvocados”, prácticas que describen al territorio como un campo de experimentación que responde a los cambios de una sociedad compleja como así también a una demanda de actualización en los procesos de participación social. Se pone en evidencia un nuevo escenario de construcción de ideas y realizaciones.