Notas
Ciudadanía y derechos

“Vivas nos queremos”

En Olavarría cientos de personas reclamaron nuevamente para erradicar la violencia de género. La convocatoria apeló al rol de la justicia y dejar establecido un cambio cultural respecto a la violencia que se ha ejercido históricamente sobre las mujeres.

 

La plaza central fue el lugar elegido. Después de las cinco de la tarde, mujeres, hombres, niños, niñas y jóvenes fueron llegando. De a poco alguien se acercaba a los distintos grupos para avisar que se concentraba en el medio de la plaza y de ahí se empezaba a marchar. Las imágenes de Magalí Giangreco, Graciela Tirador, Mara Navarro, entre otras, eran llevadas en pancartas que reclamaban justicia. Ellas son algunas de los 17 casos de femicidios ocurridos durante los últimos 16 años en la ciudad. En las mismas se expresaban, además, consignas contundentes: “Un femicidio por día no es casualidad, es un problema social”. La exigencia de incorporar la perspectiva de género en las diferentes instituciones del Estado y a la sociedad en su conjunto fueron impulsadas no sólo por familiares de las víctimas de la violencia de género sino también por diversas organizaciones civiles que se hicieron presentes en la convocatoria como el Frente Ni Una Menos, SUTEBA, representantes de la Facultad de Ciencias Sociales, el grupo Se Puede, APDH o la murga Arrebatando Lágrimas (que encabezó la marcha). El movimiento generado en base a “Ni una menos” puede entenderse como un actor político plural que reúne diferentes sectores de la sociedad. Y que a partir de involucrarse activamente en la problemática de violencia de género comienza a demandar, en términos políticos y de construcción de ciudadanía, nuevas respuestas y estrategias para la creación e implementación de políticas públicas para transformar la perspectiva de género en todos los ámbitos estatales. Es en relación a sus exigencias y demandas que empiezan a construir y participar con nuevos sentidos para desnaturalizar la construcción hegemónica del patriarcado en la sociedad actual. Entre sus nuevas demandas se puede destacar la creación de un registro oficial único de víctimas de violencia contra las mujeres y la protección de hijos e hijas de las mujeres asesinadas brindando, por parte del Estado, asistencia psicológica, sanitaria y económica. A nivel local se hizo hincapié en la urgente construcción y apertura de lugares de contención seguros, como así también se exigió que se anuncien cuáles son las políticas públicas impulsadas por la Dirección de Género para poder dilucidar la perspectiva y el enfoque que se sostiene desde el Gobierno Municipal ante la problemática más allá de su enunciada preocupación.

Pasó un año de la primera convocatoria surgida a través de las redes sociales impulsada a raíz de la violencia machista contra las mujeres. Esta vez la consigna “Ni una menos” se amplió para hacer otra exigencia: “Vivas nos queremos”. En lo que va de 2016 ya son más de 66 los femicidios que engrosan la lista de mujeres asesinadas en la trama de relaciones sociales que el patriarcado, mediante sus diferentes formas de violencias, ejecuta sobre ellas. Si bien la problemática ya es reconocida, al tiempo que se instala en la agenda, aún queda un amplio recorrido para que la justicia sea efectiva. El femicidio, en definitiva, es la expresión última de toda una serie de violencias que se definen como violencia de género y que termina en la muerte de las mujeres por su condición de tal. La mujer, dentro de un marco de relaciones de poder asimétricas en donde el patriarcado impone las reglas, es despojada de sus derechos y concebida como una propiedad privada ¿De quién? Del hombre y la masculinidad. Esa forma de producir y reproducir las relaciones de género genera una desigualdad de posiciones en donde la mujer es significada en una posición subalterna en relación al género masculino.

En el documento leído al concluir la marcha se sumaron nuevas reivindicaciones y exigencias, en este caso contextualizando la situación e incorporando otras variables: “Frente a los ajustes, los despidos masivos, el fin de la moratoria previsional y los tarifazos denunciamos que las mujeres son gravemente afectadas, al desprotegerlas, sobre todo a aquellas que dedican sus vidas al cuidado de los otros y las otras sin que su tarea sea rentada, siquiera reconocida. El achicamiento del Estado significa un retroceso conservador“, expresaba una parte del documento. También se incorporó la demanda por el aborto legal, seguro y gratuito: “Sin aborto legal no hay Ni Una Menos. Miles de mujeres mueren en nuestro país cada año por abortos clandestinos. Hoy nos toca denunciar que una joven está presa en Tucumán, condenada a ocho años de prisión por homicidio, por una causa judicial armada en su contra al descreer todo el sistema judicial y médico de su palabra cuando tuvo un aborto espontáneo. Es por eso que exigimos libertad para Belén y sostenemos que es necesario que el Congreso debata la despenalización y legalización del aborto”.

num3

Presencias y testimonios

“Este es un reclamo más que válido. Merecen mi respeto todas las que trabajan en este sentido porque es una problemática muy fuerte la que estamos viviendo como sociedad. Creo que hay que estar, hay que acompañar”, expresó Ezequiel Galli, intendente de Olavarría, quien además hizo referencia a parte del equipo que su gestión lleva adelante. “Se tomaron medidas como la partida presupuestaria que indica la ordenanza y estamos trabajando en conjunto con la mesa local. La dirección está trabajando en ese sentido pero hay mucho por hacer, tenemos que trabajar en conjunto con la justicia que es el que tiene el rol más importante. La justicia tiene mucho por mejorar y nosotros vamos a acompañar en ese sentido”, agregó. “A pesar de haber visibilizado más la problemática no se logra erradicar la violencia ni ayudar a las víctimas. Creo que esta convocatoria apela a eso. No se deben bajar los brazos. Hay que lograr profundizar esta lucha y las políticas de Estado”, manifestó Einar Iguerategui, concejal del Frente para la Victoria.

“Estamos muy satisfechos con la marcha. Es muy importante para la ciudad. Y para eso trabajamos desde el Frente permanentemente, participando en las convocatorias que hace el municipio desde la dirección de género para lograr la implementación de las dos ordenanzas que están sancionadas. La ordenanza de 2010 que es el Programa de Salud Sexual y Reproductiva y la ordenanza de 2015 para poner en funcionamiento un programa para proteger a las mujeres de la violencia”, señaló Celia Lizaso, representante de SUTEBA en el Frente Ni Una Menos Olavarría. Lizaso además destacó que desde el Frente Ni Una Menos se realizan diferentes actividades y talleres con el fin de concientizar sobre las implicancias de la violencia de género en las relaciones, como el caso de los talleres que tienen como temática los noviazgos violentos. Son diversas estrategias que se hacen presentes en lugares centrales como es la educación. Y hay que considerar, que la educación está inmersa e impacta en todos los sectores sociales. “Queremos acompañar porque es importante. El entramado patriarcal está en todos lados, en todos los niveles sociales. Es algo que se tiene que evidenciar y aún falta muchísimo”, afirmó Gabriela, vecina de Olavarría.

“Lo que queda de manifiesto es la gran convocatoria. Demuestra que la gente sigue reclamando porque el Estado no ha dado muchas respuestas”, puntualizó Yesica Almeida, integrante del Plenario de Trabajadoras del Partido Obrero, quién además cuestionó que la mesa local no pueda sostener un equipo de trabajo sólido. “La mesa todo el tiempo renueva a sus representantes y nunca llega a nada concreto, lo cual es un problema porque en Olavarría tenemos desde el 2000 hasta este año, 17 casos de mujeres asesinadas por femicidio”.

La jornada finalizó con manifestaciones artísticas a cargo de Adriana Saravia, Paloma Carlos y un grupo que interpretó canciones de la banda cubana “Cosa de mujeres”, quienes en ningún momento dejaron de hacer referencia y sintetizar en consignas lo que significaba el encuentro. La ciudadanía asume la transformación en parte del rol del Estado sin perder de vista que a los derechos hay que conquistarlos y quien debe garantizarlos es el propio Estado. En las calles, en el día a día, con una impronta reflexiva. Se requiere un abordaje integral en el cual se involucren todas las instituciones posibles como así también todos los espacios de educación, la justicia, la salud, y otros, para generar una perspectiva y una conciencia colectiva que apunte a desnaturalizar y erradicar las violencias ejercidas cotidianamente sobre las mujeres. La marcha, establecida para los 3 de junio, es un llamado a la ciudadanía en su conjunto para generar una reflexión y un compromiso que pueda ser compartido para ponerle fin a la violencia patriarcal./ AC-FACSO