Notas
Memoria, verdad y justicia

Indulto encubierto para un genocida

La Corte Suprema de Justicia redujo la condena de un represor que formó parte de un comando paramilitar durante la última dictadura a partir de la aplicación de una ley que ya no se encuentra vigente. Horacio Pietragalla analiza el fallo que marca un retroceso en materia de derechos humanos.

 

“Hay una intencionalidad de resucitar una ley que no estaba vigente y esto no es casual, fue una estrategia de los defensores de los genocidas para encontrar una forma de darle un marco de impunidad a un condenado por esos delitos aberrantes” planteó Horacio Pietragalla, Secretario de Derechos Humanos de Santa Cruz, perteneciente al Frente para la Victoria, en una entrevista realizada por Radio Universidad. La ley “del 2x1” establecía un doble cómputo para aquellas personas que estuvieran más de dos años en prisión sin sentencia. La misma fue sancionada en 1994 pero luego derogada en 2001. La aplicación de este beneficio a Luis Muiña, miembro del comando paramilitar interno del Hospital Posadas, condenado por secuestros, torturas y desaparición de trabajadores de esa institución durante 1976; sienta un precedente y pone en riesgo el cumplimiento de las condenas correspondientes de otros genocidas en situaciones similares. Las respuestas no tardaron en aparecer: sectores de la sociedad, de la clase política y Organismos Internacionales de Derechos Humanos hicieron visible su repudio al fallo de la Corte. “No tenemos que perder de vista que hay una facción que acompaña estas medidas. Incluso la decisión está en sintonía con la línea ideológica marcada por el gobierno nacional”, reflexionó el funcionario, hijo de desaparecidos y nieto recuperado número 75.

Este fallo representa un retroceso en materia de derechos humanos y da cuenta de un cambio de paradigma en justicia sobre delitos de lesa humanidad. “Y si no hay justicia, va a haber escrache: vamos a tener que volver a las luchas que teníamos en los 90 y salir a mostrar quienes eran estos personajes”, recalcó Pietragalla. Desde su perspectiva, hay dos acciones que deben llevarse adelante. Una es la judicial, a través de organismos internacionales. “De la que a su vez estamos limitados por las declaraciones de la propia Corte de que van a rever todos los fallos que planteen estos organismos”, explicó. La otra línea de acción va a ser el repudio social, “que tampoco es sencillo, puesto que la gente parece no interesarse por comprender lo que está pasando”.

“Compartí en las redes sociales una foto de una fosa común con restos de desaparecidos. Uno de esos restos es mi papá. Mi objetivo con esto es provocar un impacto en quien mira la imagen, movilizar algo en esas personas, generar conciencia”, recalcó Pietragalla, quien es hijo de Horacio Pietragalla y Liliana Corti, secuestrados en 1975 y 1976 respectivamente. Su identidad fue restituida en 2003 gracias a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI). Desde 2016 se desempeña como Secretario de Derechos Humanos en Santa Cruz./ AC-FACSO